miércoles, 10 de septiembre de 2014

ME GUSTA CONDUCIR

Me encanta conducir... Creo que es una de las cosas que más me relajan de todas las que hago.

Y es curioso porque todo el mundo sabe que, cuando te montas en el coche, con el contacto del motor también se enciende el instinto ganasdebronca que todos tenemos oculto en nuestro cerebro. Nos montamos en el coche y, como no nos oyen desde fuera, la valentía se nos multiplica por mil y soltamos los mayores improperios que somos capaces de ingeniar. Da igual que tú tengas razón o no (que seguramente no la tienes)... ¡lo que mola es insultar al otro!

Tú vas por una autopista a 250 por hora, por el carril contrario, por la noche sin luces, con una mano en el volante y la otra buscando petróleo en un agujero de la nariz... Y, después de insultar a todo el que se te cruza, aún te auto-justificas: "¡¡esque están locos!! ¿Dónde se han sacado el carnet de conducir? Parece que lo regalan con las tapas del yogur..."

Pero a pesar de todo esto, me relaja mucho conducir... Es mi momento relax... Me gusta montarme en el coche, poner la música a tope y berrearla a pleno pulmón. Me gusta conectar el móvil al bluetooth y llamar desde el coche: "Sí, ya sé que se oye mal, pero esque te estoy llamando desde el coche". Muchas veces dejo de llamar a alguien directamente desde el móvil y pienso "ya le llamaré más tarde desde el coche".

Me gusta bajar las ventanillas y que el aire me dé en la cara. El coche tiene aire acondicionado, pero prefiero el aire contaminado de la calle. Esto conlleva subir el volumen de la radio casi hasta el límite de hacer estallar los tímpanos porque, con el ruido de la calle y del aire, ¡no oyes nada!

Conducir es un placer bastante caro, las cosas como son. Como se suele decir "el coche es un sacadineros"; y es verdad, cualquier cosa relacionada con el coche es cara: la gasolina, los recambios, las averías, los talleres, lavarlo (esto, afortunadamente, es muy poco frecuente)...

Lo de la gasolina es una cosa que no entiendo: da igual que el petróleo valga menos, que el gobierno baje los impuestos (jajajaja, sólo de escribir esto me da la risa), que en la prensa digan que la gasolina está más barata; tú vas a tu gasolinera de siempre y ¡la gasolina está unos céntimos más cara que la última vez!

Lo de los talleres también es tremendo: llevas el coche a la revisión y el mecánico te va a cobrar un dineral por abrir el capó y volver a cerrarlo para decirte cualquier tontería que no vas a entender "uffff, tienes roto la junta de la trócola y desgastado el cigüeñal... pero además de esto deberías cambiar los discos de freno y los filtros del aire... En total serían dos nóminas completas, un riñón y la dentadura de oro de tu abuela".

Lavar el coche también tiene lo suyo. Existe la opción de llevarlo a una empresa especializada; esto lo hice una vez cuando llegó un momento en el que ni siquiera me atrevía a lavarlo yo por miedo a que me mordiera algún bicho o encontrar algún resto prehistórico. Pero normalmente suelo ir a lavarlo a esos sitios en los que hay mangueras y aspiradores que funcionan con monedas... Tardas dos horas y unos 15€ en darle un lavado de cara al coche (porque nunca lo acabas de limpiar a fondo) y te das cuenta de que, por 10€ más, alguien lo puede hacer mejor y más rápido que tú... Y siempre sales pensando: "La próxima vez lo llevo a que me lo limpien".

Me encanta conducir...

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